Jesucristo veía lo importante que era que no nos sintiéramos solos, nadie más que Él sabía que en nuestros corazones podían nacer soledad que es esa nostalgia en el corazón, miedos, tristezas y muchas más angustias que nos afligen.
La soledad es la carencia de compañía, dicha carencia puede ser voluntaria; la soledad es engaño y falta de experiencia con Dios quien no sabe estar solo no sabe estar acompañado porque la tranquilidad de estar solo o acompañado lo genera el Espíritu Santo que viene de Dios, la compañía de totalmente otro, se desarrolla ciertamente en el silencio, en la oscuridad de la fe, en el contraste de las metas particulares, es decir en esa lucha de querer saber que significa estar solo pero decimos no “soy capaz ”.
Jesucristo buscaba a Dios todo el tiempo quería compartir con el Padre; preguntémonos si Jesucristo se sintió acompañado de Dios y sabiendo para donde iba que era la entrega más dolorosa, la cruz, entonces es imposible que Dios no venga sobre nosotros a ayudarnos a saber que Él suple todo sentimiento de soledad.
Todo creyente tiene un acompañante de la trinidad, Dios, Jesús y el Espíritu Santo, creer en Dios Padre, su Hijo y su enviado; Dios existe como una unidad de tres personas.
El Padre no es engendrado, pero el Hijo si lo es; el Espíritu Santo procede del Padre, el Padre mandó al Hijo, el Hijo y el Padre enviaron al Espíritu Santo.
Juan 14, 16 – 17 16 Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro consolador para que los acompañe siempre: 17 el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes.
El nuevo testamento ofrece citas de la comunión del hombre con Cristo como la de vid y los sarmientos Juan 15, 1 -4 »Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía. 3 Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado. 4 Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.
Jesús nos enseña que Él es la Vid Verdadera, no solo la vid, sino que es la Vid Verdadera. No importa a que vid esté unido, sino es Jesús no estará en la Vid Verdadera; los que dan fruto serán limpiados por el labrador, es decir que Jesús nos limpia a través de la revelación escrita, o sea su palabra la biblia, los frutos que dan las ramitas están descritos en Gálatas 5.22-23, 22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio.
Digámosle a Dios que queremos permanecer en la vid con su palabra porque solos no podemos dar tanto fruto como la da Él en nosotros, Él sabia que debía enviarnos su palabra y su Espiritu para poder dar fruto, Jesus sabia que no nos podía dejar solos por eso le dijo a los apóstoles que Él se iba pero nos dejaba el Espíritu Santo.
El Hijo redime (Gálatas 3: 13 – 14) Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero.» 14 Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu, según la promesa.
El Padre crea (Is 44:24), «Así dice el Señor, tu Redentor, quien te formó en el seno materno: “Yo soy el Señor, que ha hecho todas las cosas, yo solo desplegué los cielos y expandí la tierra. ¿Quién estaba conmigo?
El Espíritu Santo santifica y nos equipa a hacer lo que vayamos a hacer, nos faculta a hacer lo que Dios desea, no podemos vivir sin entender quién es este acompañante.
Quienes lo recibimos nos sella la persona de la santísima trinidad hasta que nos llame a su presencia y debemos aprovechar este regalo que nos dio el Señor para que no nos sintamos solos y no busquemos refugio en otras cosas o personas, nuestro refugio es Él; luchemos por vernos realizados en la vida Cristiana pero disfrutándola.
Nos podemos preguntar cuándo vino Él a mi vida? cuando usted tomo la decisión de arrepentimiento, de querer buscarlo y recibirlo en su corazón, Él escribió su nombre en el libro de la vida y derrama sobre usted lo que usted no puede crear por si solo y sin esfuerzo, derrama y pone en su corazón amor, gozo, paz, benignidad, fe, mansedumbre, templanza. No se puede ignorar el Espiritu Santo, Dios crece en nuestros corazones para llevarnos a una vida de plenitud y si no llevamos esto no vamos a actuar como Jesús y Dios nos pide que seamos como Él, nos lo envió para convertirnos para que seamos las personas que Dios quiere que seamos.
Los discípulos dijeron como es que te irás y nos dejarás; pero Jesús sabía que no los iba a dejar tristes dejándolos solos, Él sabía que no podían vivir solos.
Jesús siendo Dios nos conoce más que nosotros mismos y nosotros no nos conocemos tanto como quien nos hizo y nos pensó para que viviéramos en esta tierra y luego en la eternidad; aprovechemos esta sabiduría de Dios, creámosle a Él que no nos podía dejar solos, recibamos esa herencia de Jesús de favor inmerecido, esa gracia que nos dio Él para trabajar en compañía de Él por nuestros, sueños y anhelos, Él dará fuerza, percepción y entendimiento solo a usted, por eso no tiene que decir, no lo diga; “estoy sólo”
El no te ama porque eres bueno sino porque Él va a estar allí pase lo que pase, el sentimiento de estar solo no es de Dios, es mejor estar con nuestro Dios que con un amigo…
Sin Dios no podemos amar se siente el vacío de la soledad: escucha esta canción:
http://www.youtube.com/watch?v=i0utpOcMI-I